Calzada de Carme de Abaixo, Santiago de Compostela, A Coruña
P.2017 – O.2022
Fotografías Luis Díaz Díaz
La edificación que nos encontramos es una construcción tradicional entre medianeras en el Conjunto Histórico de Santiago, que constaba de planta baja, primera, segunda y bajocubierta. A pesar del importante deterioro de todo el interior, presentaba un estado de conservación que permitía la recuperación de los elementos protegidos. Tanto medianeras como fachadas están resueltas con muros de fábrica de doble hoja de mampostería que constituyen la estructura vertical sobre la que apoyaban los elementos principales de madera de los forjados de piso y de cubierta.
La parcela es estrecha, en torno a 3,30m libres entre medianeras, y alargada, con un fondo máximo de unos 13m. La edificación original ocupaba un fondo de unos 10,40m incluyendo los muros de fachada, pero en planta baja se aumentó la superficie interior llegando a colmatar toda la parcela. Para ello se dispuso una cubierta inclinada a un agua que desaguaba en el encuentro con la fachada trasera de la edificación. Precisamente el muro de esta fachada planta baja estaba bastante alterado reduciendo su espesor y en la planta segunda se había volado un cuerpo de fábrica de ladrillo a modo de galería. También la fachada principal contaba con una galería descontextualizada en planta segunda, con partes ciegas de ladrillo enfoscado y ventanas sencillas de madera, que en algún momento había sustituido a una galería tradicional de madera de ventanas de guillotina o sencillamente cerró la solaina original.
La altura libre era muy escasa. No superaba en ninguna de las plantas vivideras los 2,10m. En el caso de la planta baja la mayor parte contaba únicamente con una altura en torno a los 2,05m.
La escalera, resuelta en dos tramos, estaba centrada sirviendo a las estancias similares a cada una de las dos orientaciones de fachada.
PROYECTO
Se aprovecha el volumen existente para acomodar un programa muy ajustado de una vivienda para una familia formada por los padres y dos hijas. Las diferentes estancias se adaptan a los niveles marcados por los elementos protegidos de cantería de los huecos de fachada.
Pese a lo ajustado del programa, el objetivo fundamental del proyecto pasaba por desarrollar estrategias que permitieran “esponjar” el interior favoreciendo la entrada de luz cenital hasta la planta baja y la ventilación natural de la misma. Esta exigencia autoimpuesta obligó a un desarrollo de la distribución y la construcción de forma conjunta y muy precisa.
Para ganar altura libre se propone bajar la cota del interior en planta baja, manteniendo en planta primera el acabado de piso a la altura de la solera de los huecos de la fachada principal y subiendo ligeramente la cota de piso de la planta segunda y disponiendo el forjado del bajocubierta únicamente sobre la zona del aseo y el distribuidor.
Se propone un sistema estructural de un solo orden de viguetas de madera conformando un forjado mixto con tableros estructurales. Esta opción evita, al mismo tiempo, que haya vigas de mayor dimensión que reduzcan puntualmente la altura.
La nueva escalera se dispone con la posición y el desarrollo de la original, con una solución de escalera compensada que permite reducir mucho sus dimensiones.
En planta baja se libera parte de la zona cubierta al fondo de la parcela para insertar un pequeño patio que permita resolver la iluminación y sobre todo la ventilación de una forma natural. Flanqueando este espacio exterior y abriéndose a él, se proyecta un armario de servicio y la cocina.
La solución de acabado para las nuevas cubiertas de la planta baja del fondo es de revestimiento de zinc con un cajón a modo de lucernario sobre la cocina interior y una marquesina de vidrio sobre parte del patio para mejorar la iluminación. El resto de la planta baja se destina a salón comedor incorporando un reducido aseo que ocupa parte del espacio bajo las escaleras. La forma de este elemento busca potenciar la relación visual y entre los diversos espacios y en consecuencia una mayor sensación de amplitud.
En planta segunda se mantiene la solución de galería tradicional de la fachada principal disponiendo un cerramiento por el interior con un hueco central resuelto con carpintería acristalada de hojas correderas. En la fachada trasera se mantiene el volumen sobrepuesto, proyectando una pieza nueva ligera en vuelo con carpintería de madera.
A pesar de la escasa dimensión de cada una de las plantas se aumenta puntualmente el hueco de escalera en cada uno de los forjados. Esta disposición, junto con el lucernario previsto en cubierta, permite una iluminación cenital que mejora sustancialmente la iluminación natural de los diferentes pisos y la comprensión global del volumen interior. Para mejorar la iluminación y este juego espacial, la pared de los baños respecto al hueco de escalera se quiebra generando diferentes planos, verticales e inclinados.